viernes, 13 de junio de 2008

Pura jodarria

Por Carlos Mántica

Abordo este tema porque escribrir un libro entero sobre el habla nicaragüense sin tocarlo es como dejar a los Pérez fuera de nuestro Directorio Telefónico. Me refiero al vocablo joder y sus derivados. Y, sin embargo, creo que el tema no ha sido cubierto con seriedad por ninguno de nuestros filólogos.

Una vez más acudo en defensa de nuestros compatriotas, a quienes se acusa de ser mal hablados, pues aunque nadie discute que es una de nuestras palabras predilectas y de mayor uso debo en justicia señalar que:

Rarísima vez se usa su primera acepción castellana de fornicar. En España, se usa casi exclusivamente como verbo y alguna vez como expresión de disgusto o asombro: ¡Joder…! Con referencia a su primera acepción, me comentaba un amigo español que el mejor contraceptivo es el Redoxon… sólo que al revés: Noxoder. En Nicaragua, fornicar es una palabra tan extraña a nuestro vocabulario que hay más de un joven que cree que forni-Car es una agencia de carros de alquiler.

Cuantitativamente hablando, muy rara vez lo usamos para insultar: ¡Ve re-jodido! No sigás jodiendo que te la vas a sacar.

Nos inventamos eufemismos de toda clase para evitar su uso: ¡Jocote, qué fregás! ¡Jobero ya no te aguanto! ¡Ah no, jocoteado! ¡Dejá de jocotear! ¡Jo…sé María se llamaba el fraile!

Con rarísimas excepciones, no se encuentra en nuestra música folclórica, en nuestro teatro callejero, o en nuestra poesía. Algo verdaderamente asombroso.

De nuestras frases interjectivas, tan abundantes en el habla nicaragüense, sólo recuerdo las siguientes: ¡Se jodió la bestia y la cría! ¡No es lo que jode, si no lo seguido! ¡Jode más que la mosca de Pepito! ¡Jodido pero contento!

La mayor de las veces lo usamos como sustantivo: ¡Ideay, jodidó! ¿dónde te has perdido? Y nadie se molesta por este saludo cariñoso. ¡Allá viene aquel jodido! ¿Cómo es que se llama?

Como exclamación de orgullo: ¡Viva León, jodido! O de arrechura: ¡Jodido qué fregás! Adopta el plural para interrogar: ¡Andá preguntale qué jodidos quiere! O el diminutivo para regañar a los niños: Bueno, jodiditos, ya dejen de fregar.

Como verbo: ¡Vayan a joder (molestar) a otra parte! Con su eufemismo: es puro ganejo (ganas de joder) Bromear: no te arrechés que sólo estaba jodiendo. Oprimir. Durante la década de los cuarenta y en ocasión de una anunciada re-elección del General Somoza García, nuestro genial GE-ERRE-ENE publicó la siguiente estrofa: Diz que dijo el Presidente /en una declaración: /lo mío no es re-elección /sino elección únicamente /y esto traduciendo /al popular entender /no es ganas de re-joder /sino de seguir jodiendo.

Como adverbio: “estar algo jodido” significa cualquier género de penalidad (está bien jodido de reales), dificultad (fue un examen bien jodido) o enfermedad (está jodido de la próstata)

Pero encuentra su mayor riqueza en su calidad de adjetivo: como ponderación de astucia: ¡Velo qué jodido! Ni cuenta se dieron cuando se fugó. Como ponderación de ocurrencia o buen humor: ¡Qué jodido! Sale con unas cosas que te meás de risa.

Como persona de difícil trato: tenéle cuidado que es un tipo bien jodido. En su forma abundancial: ¡Se acabó la jodedera! y como concepto abstracto: (y aquí porque): ¡Bueno, ya basta de jodarria!

El autor es tesorero de la Academia Nicaragüense de la Lengua

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